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martes, 12 de septiembre de 2017

Vivir tratando de complacer a los demás



Es muy natural que desde muy pequeños comencemos a escuchar entre conversaciones de personas de nuestro entorno los llamados “refranes o dichos”.

En lo personal yo escuchaba decir: “Existe un refrán que dice de esta manera” o “por eso es que hay un dicho que dice así”.

A mí me resultaba muy interesante, aun cuando no comprendía en ese entonces lo que querían decir, sin embargo a medida que iba creciendo lograba comprender de una mejor manera sus significados.

Debo decir que recuerdo uno en particular “Cada cabeza es un mundo”.

Dios nos hizo a su imagen y semejanza, por tal manera somos semejantes unos a otros, esto haciendo referencia a nuestro cuerpo, en donde la única diferencia viene por el sexo con el que nacemos.

¿Pero qué hay de nuestros pensamientos? esos que salen de nuestras cabezas, que son el reflejo de nuestros comportamientos.

Desde que nacemos nos van creando un patrón de conducta, independientemente cual sea el hogar al que pertenecemos, para nuestros padres resulta muy importante el que podamos ser guiados bajo esos patrones, lo cual es llamado en esta sociedad como “educación”. 

Qué pasa cuando crecemos y dejamos que ese patrón de conducta sobre limité nuestras decisiones, cuando nos enseñan respeto por los demás y confundimos que el respetar es aceptar complacer todo lo que la otra persona quiere o desea.

El respeto hacia los demás es unos de los valores más preciados que nos dan nuestros padres, es algo que debemos valorar y llevar siempre con nosotros, sin olvidarnos de cada cosa que dentro de la educación nos enseñaron, pero no somos sino nosotros mismos quienes confundimos o decidimos dejar que en ciertos aspectos las personas tomen el control de nuestras decisiones.

En ocasiones decir un simple NO se nos vuelve tan limitante solo por el hecho de:
  1. Pensar que la otra persona no estará de acuerdo.
  2. Pensar que esa persona siempre cree tener la razón e inmediatamente puede objetar eso en lo que no estamos de acuerdo.
  3. Pensar que si decimos que no, quizás habrá alguien a quien decepcionemos.



Muchas veces el tratar de complacer a los demás puede estar ligado a un nivel bajo de autoestima, pero a ese no es al que yo hago referencia sino aquel que está ligado a la consideración hacia otras personas, por ejemplo: 

  • Estas pensando en renunciar a un trabajo porque consideras que en otro lugar te pueden ofrecer un salario mejor al que estas ganando, pero estas en ese lugar porque una amiga te recomendó, y al pasar el tiempo, tu jefe te tiene muy alta estima, decides tomar la decisión y cuando le das la renuncia, comienza todo un sin fin de palabras, en donde lo que expone son peticiones de espera, aun cuando no te ofrecen una mejora de sueldo, tú por consideración a él o ella terminas por aceptar quedarte un tiempo más, sin darte cuenta en ese momento que eso te puede llevar a un periodo de frustración.

Así como esos, se pudieran exponer otros ejemplos, el caso es que no debemos permitir que al momento de tomar ciertas decisiones ese sentimiento de consideración obstruya lo que en realidad queremos o pensamos. 

Cuando nuestras decisiones no afectan el porvenir o hacen daño a nadie, lo ideal es que deberíamos iniciar sin miedo lo que deseamos, ya sea un nuevo trabajo, un aumento a tus honorarios, el inicio de una nueva carrera o de algún otro proyecto, ya que si bien es cierto que la educación y los valores que recibimos son bien apreciados para mantener un buen patrón de conducta hacia la sociedad, eso no nos demanda a que seamos esclavos de la complacencia a los demás por simple consideración. 

Decir que No nunca es tan malo, cuando no viene acompañado de actos rebeldes, ni para malos hábitos, sino para decisiones que nos ayuden a lograr nuestras metas o sueños, complacer a los demás en ciertas decisiones puede ser la puerta que se abre a un camino de frustración. 

No tengas miedo decir que NO, cada cabeza es mundo, pero un mundo lleno de grandes sueños, con grandes pensamientos y con gran sentido de apoyo, ese es el mejor significado que podemos darle, soltemos esas limitantes que nos ponemos nosotros mismos y seremos capaces de alcanzar muchos éxitos. 

Que Dios te Bendiga.



4 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  2. Hola: me ha ocurrido de retrasar mis respuestas negativas para evitar decepcionar. Tal como mencionas entre las posibles razones.Excelente publicación. Dios te bendiga también.

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  3. El respeto es básico y fundamental. Cada cabeza es un mundo, efectivamente, por eso respeto y quiero que me respeten. Y decir NO me ha costado porque era de las que quería complacer a todos pero ya me he dado cuenta que por complacer a los demás la que se queda hecha polvo soy yo y en realidad tengo que mirar por mí primero porque sino no lo hará nadie. Gracias por este post, dices grandes verdades

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  4. Es muy cierto, en la vida hay que saber decir que no sin importar demasiado lo que los demás te pidan. No hay que vivir condicionados a lo que los otros quieran. ¡Un beso!

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